sábado, 30 de septiembre de 2017

Sobre el conflicto en Cataluña, el referendum y el independentismo

I.
Mañana 1 de octubre se va a realizar un referendum por la independencia de Cataluña en un contexto profundamente polarizado y enrarecido. Polarizado entre los independentistas encabezados por la generalitat y el gobierno del Partido Popular encabezado por Mariano Rajoy. Este último ha hecho todo por evitar la realización de un referendum democrático pactado entre las diferentes fuerzas. Su cerrazón y autoritarismo ha orillado a que los independentistas, encabezados por Carles Pugdemont, a medidas cada vez más unilaterales. 

Se trata de un conflicto que ha ido escalando desde la crisis económica mundial iniciada en 2007 que golpeó muy severamente a España en particular. Los ajustes neoliberales impuestos por el gobierno nacional han empobrecido a mucha gente y generado gran indignación. De la crisis económica se ha alimentado el nacionalismo catalán y las ganas de salirse de un país gobernado por una élite autoritaria y neoliberal. 

El nacionalismo independentista tiene una historia, que se remonta a inicios del siglo XX cuando aparecieron los primeros partidos independentistas catalanes (Estat Catala). Pero los independentistas nunca habían representado una fuerza política gigantesca, probablemente mayoría en esa región como ahora. El pésimo manejo político de este conflicto por parte del gobierno autoritario del PP contribuyó a crispar el ambiente político. El "ni los veo ni los oigo" generó medidas cada vez más unilaterales que fueron fortaleciendo al independentismo catalán. Y si no se maneja bien este asunto, una crisis institucional puede devenir en una crisis nacional de severas consecuencias para el Estado español (y para los catalanes también). 

Bien se pudo seguir el ejemplo del Reino Unido en el referendum sobre Escocia de 2014, donde los escoceses votaron seguir siendo parte del Reino Unido, en medio de un gran debate público y nacional. El pasado profundamente autoritario del PP, herederos de la dictadura franquista, parece considerar como algo imposible lo que en otros países es algo común: referendums y consultas al pueblo. Tristemente en México también tenemos esa tradición profundamente autoritaria en las élites que acá gobiernan.

II. 
No todo nacionalismo es progresista. Hay cierto tipo de nacionalismo que puede ayudar a movilizar a las masas para luchar por su emancipación. Pero hay otro que es funcional a la élites internas. En un libro muy conocido (sobre el conflicto de las malvinas y la crisis nacional), Alejandro Dabat y Luis Lorenzano resumen la visión marxista clásica sobre la cuestión nacional:

"(...) el análisis marxista no puede limitarse solamente a señalar el carácter progresivo de la lucha por la autodeterminación o "democracia nacional", sino que también tiene que incorporar el vínculo preciso que une la participación de los trabajadores en esta lucha con el desarrollo de sus propios objetivos de clase de naturaleza socialista (...) Los socialistas siempre han apoyado solamente las demandas nacionales justas, o sea, simplemente, aquellas que enfrentaban a las masas con sus opresores internos y externos" (Dabat y Lorenzano, 1982: 27-28)

En este contexto cabe preguntar, ¿Cuál es ese vínculo entre el independentismo catalán y los objetivos de clase de los trabajadores? ¿Lo que ahora está ocurriendo en Cataluña y España está enfrentando a las masas con su opresores internos y externos? 

Me da la impresión de que el nacionalismo catalán tal y como está ahora es hegemonizado por la clase dominante de esa región. Las élites locales de Cataluña se están enfrentándose a las élites del Estado español por asuntos principalmente económicos (los impuestos, de ahí el lema no oficial del generalitat: España nos roba). Y de ahí han convencido a los trabajadores catalanes de que la culpa de la crisis la tiene el España, cuando en realidad la crisis tiene una explicación mucho más compleja, que va desde las medidas impuestas por la Troika, hasta los casos de corrupción de empresarios y banqueros capitalistas que sólo buscan maximizar su ganancia.  

El nacionalismo catalán tristemente está enfrentando a los trabajadores catalanes con el resto de trabajadores del Estado español anteponiendo los intereses nacionales a los intereses de clase. No veo que los trabajadores catalanes se estén enfrentando a sus élites internas, más bien están cerrando filas con ellos. Un auténtico bloque histórico. Y las masas de trabajadores del resto del Estado español, pues puede que estén divididas entre quienes cierran filas con el gobierno reaccionario del PP (que exigen represión pura y dura) y quienes exigen más democracia en todo el país. 


III.
Este tema ha impactando en Podemos, quienes han tenido una postura política más prudente: realizar un referendum, pero abrir una discusión para convencer a los catalanes de no irse, para así buscar democratizar todo el Estado español. Pero en medio del choque de trenes entre el PP y los independentistas, han quedado cada vez más aislados. 

Esperemos que mañana el conflicto ya no siga escalando, y que las partes se sienten a dialogar para buscar un acuerdo. Se podría pactar un referendum con garantías, o al menos, una agenda política que busque llevar a España hacia un proceso de democratización general. De lo contrario, sólo veremos más polarización y represión.



                                          

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